Rodrigo Martínez Abramos la mente por unos minutos. Pensemos en las cosas que nos rodean e interactuamos con ellas todos los días. Es posible que algunas nos hagan felices y otras solo nos hagan pensar en las formas que se irán a la basura. Antes de llegar en un pensamiento de destrucción, aterricemos en que todo tiene un diseño. Si el diseño es bueno o malo, será el punto a donde quiero llegar junto con ustedes. Ya que estamos conscientes de las cosas, complicaré un poco más esta meditación. Las estrategias, decisiones, hasta nuestras relaciones pasan por un proceso de diseño. Creo que me he metido en problemas con estas últimas líneas. Pero no estoy inventando nada nuevo. “Design Thinking” es la metodología hecha para entender los problemas humanos y brindar soluciones. Hablo de los seres humanos porque en este momento la desconexión con nuestra naturaleza está a punto de ser revertida. ¿Cómo está siendo revertida? Por favor contesten honestamente esta pregunta, ¿Qué es lo primero que hacen al despertar? Esa respuesta es el problema. Iré al grano, Design Thinking se ve algo así:
Empatizar
Definir
Idealizar
Prototipar
Pruebas Podría explicar cada una de forma teórica, pero si quieren profundizar les recomiendo esta lectura: Stanford D School intro to the Design Thinking process Melany Leal (@MeLyc), diseñadora en Coldwell Banker México (@coldwellmexico) sostiene que en muchas ocasiones la rutina nos hace perder de vista los detalles de todo lo que nos rodea, pero si prestamos atención todo tiene un proceso de diseño justo para la función en la que lo usamos, las sandalias antiderrapantes en la ducha, el cubierto que se amolda a tu mano y hace que llegue el alimento a tu boca en la cantidad adecuada, la ropa que usas independientemente si está de moda es funcional al clima en el que nos encontramos y así podemos analizar cada objeto, app, alimento, experiencia, etc. Todo lo que nos rodea es DISEÑO. No te abandonaré esta semana sin ponerte un ejemplo. El problema es decidir si debes comprar una casa o seguir rentando. El problema lo tenemos nosotros, por lo que nos convertimos en nuestros propios usuarios. Primero debemos estar conscientes de todas las ideas que nos pueden llevar a tomar esta decisión. Sean creativos, no hay respuestas buenas o malas. Segundo, estructuremos los hallazgos. Categoricemos y hagamos un ranking del más relevante al menos importante. Posteriormente demos posibles soluciones a este problema. Todas las soluciones cuentan. Casi al final viene lo difícil. El momento del prototipo. Puede ser un ejercicio financiero, una proyección de nuestros ahorros e ingresos. La parte fuerte es aceptar que muchos y la mayoría de los prototipos no funcionen y los que sí, necesiten ajustes. Este es el momento de prueba. El final del proceso siempre deriva a un buen diseño. Nunca te he dejado una tarea, pero este es un buen momento para reflexionar para la segunda parte del post. ¿En qué momento de tu vida, de tu trabajo, en tus relaciones; puedes aplicar Design Thinking” Por favor comenta en nuestras redes sociales. Me encantaría saber tu opinión y como entre todos podemos generar buenos diseños. Síguenos en Facebook e Instagram
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